En el documento “Procesos de Inclusión educativa institucional”[1] realizado este año por el Equipo de Apoyo Psicopedagógico se manifiesta que la institución educativa ha estado abierta a las recomendaciones, aportes y sugerencias del equipo de apoyo, ya sea, en términos de flexibilización curricular con un estudiante específico o para beneficio de un grupo en general, o en términos de ajustes institucionales técnicos, tecnológicos, pedagógicos, terapéuticos y administrativos.
A su vez, la institución educativa se sueña eje de los procesos de inclusión, por ello, queremos recordarle el largo camino que esto conlleva, las tareas pendientes a desarrollar y otras a continuar, en lo cual reiteramos el acompañamiento del Equipo de Apoyo Psicopedagógico, como agente asesor:
A su vez, y de manera general, son los estudiantes quienes resultan proponiendo alternativas de intervención a nivel particular e institucional, sin embargo, al ser la población objeto de una intervención, la propuesta más significativa es continuar obligándonos a repensar nuestras propuestas, reflexionarlas, revalidarlas, así como a construir con ellos desde sus saberes, intereses y contexto propio.
El profesor Jorge Ivan Rios[2], propone que el docente debe reconocer que los alumnos poseen habilidades significativas y conocimientos actualizados en áreas básicas donde el docente es completamente indiferente o temeroso, tal es el caso de: informativa, telemáticas, manejo de medios de registro y proyección de videos, lugares de la ciudad, objetos caseros, eventos o situaciones caseras. Por lo que, el aula de clase se priva de todo lo anterior, si el docente no establece un puente de comunicación entre sus habilidades y la de los estudiantes.
Investigar en el aula, como comprensión del concepto de constructor de conocimiento escolar. Transferir el aprendizaje a partir de la construcción de objetos o procesos después de las indagaciones en el aula. Y por supuesto, cambiar sustancialmente la noción de tiempo y espacio que habita en las prácticas escolares. Nunca una competencia podría ser evaluada de manera integral en el aula de clase, aunque sí puede flexibilizarse las acciones pedagógicas institucionales para que puedan dar cuenta de esbozos competitivos de los estudiantes.
Por lo tanto, se requiere de apertura y continuidad en estos procesos, tanto en el tiempo y los espacios, como en los recursos, para garantizar la atención de todos los estudiantes desde el marco de la inclusión escolar y social.
[1] Mape Vanegas, Wilson. Procesos De Inclusión Educativa Institucional – Institución Educativa Normal Superior de Envigado. Equipo de Apoyo Psicopedagógico – Fundación el Ágora. Marzo de 2010.
[2] RIOS RIVERA, Jorge Ivan. Lo pedagógico en el trabajo por Competencias en las instituciones Educativas. Universidad Pontificia Bolivariana - Facultad De Educación.
Psicopedagogico
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